Una de las víctimas de los curas Eliseo Primatti y Nicolás Corradi relató que llegó a los 10 años al instituto Próvolo de La Plata, en 1989, y permaneció allí hasta 1993, tiempo en el que fue reducido a servidumbre y abusado sexualmente, de acuerdo al texto acusatorio de la fiscal
"Nicolás Corradi, Eliseo José Primatti y otras religiosas aún no identificadas y solo sindicadas como Leticia y Juana, lo redujeron a la servidumbre, explotándolo a través de la limpieza del lugar, lavado de ropas de los internos, mantenimiento de los espacios verdes", detalla el escrito al que accedió Télam.
Además debía realizar tareas de "pintura de las paredes del instituto, arado de la huerta, entre otros trabajos y que lo obligaban, mediante violencia física y psicológica o so pena de prohibirle el acceso a los alimentos básicos para saciar su hambre".