El Gobierno anunció hoy aumentos de hasta 150% en las tarifas de luz para usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con actualizaciones mensuales desde abril próximo.
La administración de Javier Milei dio a conocer los nuevos cuadros tarifarios para el AMBA, con el siguiente detalle: los usuarios de las distribuidoras Edenor y Edesur de ingresos bajos (catalogados como N2) experimentarán una suba en torno del 70% y los de ingresos medios (conocidos como N3) de alrededor del 65%.
Sin embargo, para este último grupo de consumidores, si superan los 600 KW/H el incremento será del orden del 130%, según detalló la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo en un comunicado de prensa.
En ese sentido, la información oficial indicó, para el caso de consumidores de altos ingresos, que "considerando un consumo promedio de 380 KW/H por mes, en el caso de los usuarios N1, una factura de $13.900 pasará a pagar $34.332, lo que representa un incremento del 150 por ciento"
Actualmente, la segmentación de subsidios contempla tres universos de usuarios pero determinados por la Canasta Básica Total (CBT) del Indec: los Nivel 1 (ingresos altos) que pagan tarifa plena por tener un ingreso mayor a 3,5 CBT( $2.089.881,13), Nivel 2 ( ingresos bajos) con tarifa social y N3 (ingresos medios) que mantienen asistencia hasta determinado consumo (400 KW/h) y pagan pleno por el excedente.
Tal como se informó, el Gobierno avanzará en lo que llamaron un proceso de “normalización” del sector eléctrico a partir de tres lineamientos: “A) adoptará medidas para recomponer el funcionamiento del Mercado Mayorista, para que la oferta interactúe libre y competitivamente con la demanda; b) procederá a la reasignación de subsidios para dar asistencia a quienes tienen menor poder adquisitivo; c) promoverá y ayudará a los usuarios de altos consumos para que realicen un uso responsable y eficiente de la energía, mediante programas de eficiencia energética”.
El virtual congelamiento tarifario que aplicó el Gobierno anterior implicó una mayor transferencia de subsidios que busca corregir la nueva gestión. Obviamente, en el corto plazo eso se traducirá en un golpe al bolsillo de los consumidores.
Para el año 2023, el volumen de los subsidios económicos alcanzó el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), contribuyendo el sector energético con 1,6 puntos porcentuales, lo que representa aproximadamente 9683 millones de dólares, de acuerdo a estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la consultora Economía & Energía. Se ha establecido como objetivo para el año 2024 reducir estos subsidios a un 1,3% del PIB en términos generales, y a un 1,1% específicamente en el ámbito energético.
Expertos del FMI, en el informe Staff Report, sugirieron que a partir de febrero deberían implementarse incrementos tarifarios superiores al 200% en electricidad y 150% en gas. Sin embargo, el Gobierno opta por una postura de prudencia, decidiendo postergar cualquier aumento tarifario hasta después de llevar a cabo una nueva audiencia pública que establezca la validez de la “Canasta Básica Energética”, afectando esto al 70% de la población cuyos ingresos no superan las 3,5 canastas básicas.
Con la mira puesta en abril-mayo, se planea introducir un nuevo esquema que reemplazará la segmentación vigente, centrando los subsidios en aquellos hogares cuyo gasto energético supere el 10% de sus ingresos. De esta manera, el apoyo estatal se enfocaría en el monto que exceda dicho porcentaje, con el fin de aliviar la carga financiera sobre los consumidores.